ESCUELA
DE PADRES Y MADRES GRADO KÍNDER
21
DE FEBRERO DE 2012
¿QUÉ
TIPO DE PADRE SOY?
ESTILO AUTORITATIVO-RECÍPROCO:
•
Los padres ejercen un control firme, consistente y razonado.
•
Los padres establecen claramente el principio de la “reciprocidad”. Así, parten
de la aceptación de los derechos y deberes de los hijos, pero exigen a la vez que
los hijos respeten también los deberes y derechos de los padres.
•
Las relaciones padres-hijos son, sobre todo al principio, necesariamente
asimétricas. Los padres ejercen consciente y responsablemente la autoridad y el
liderazgo que les corresponde como padres y como adultos. Sin embargo, debido a
la coherencia de sus directrices, los hijos no sienten el control paterno como
rígido y se atienen a las normas paternas voluntariamente.
•
El estilo educativo “se centra en los hijos”.
•
La “implicación afectiva” de los padres se expresa en la disposición y
prontitud de los padres a responder a las necesidades de los hijos. Se
manifiesta también en el interés de los padres por mantener el calor afectivo
en sus relaciones con los hijos.
•
La “reciprocidad”, además de lo ya dicho, se ejercita especialmente en la
comunicación frecuente, una comunicación que es bidireccional y abierta.
•
Se promueve gradualmente la autonomía personal de los niños.
•
Los padres se caracterizan no sólo por su firmeza en hacer cumplir las normas,
sino también por sus progresivas llamadas a la madurez psíquica de los hijos.
–
Autoconcepto realista, coherente y positivo.
–
Autoestima y autoconfianza.
–
Equilibrada combinación de obediencia-iniciativa personal, creatividad, madurez
psíquica.
–
Responsabilidad y fidelidad a compromisos personales.
–
Competencia social y prosocialidad (interacción cooperativa con adultos e
iguales, altruismo, solidaridad).
–
Disminución, tanto en frecuencia como en intensidad, de conflictos padres-hijos
–
Elevado motivo de logro, manifestado en mejores calificaciones escolares, etc.
–
Autoconcepto realista, coherente y positivo.
–
Autoestima y autoconfianza.
–
Equilibrada combinación de obediencia-iniciativa personal, creatividad, madurez
psíquica.
–
Responsabilidad y fidelidad a compromisos personales.
–
Competencia social y prosocialidad (interacción cooperativa con adultos e
iguales, altruismo, solidaridad).
–
Disminución, tanto en frecuencia como en intensidad, de conflictos
padres-hijos.
–
Elevado motivo de logro, manifestado en mejores calificaciones escolares, etc.
•
El control paterno se convierte en rígido al combinarse con falta de reciprocidad
y de diálogo.
El
control es además minucioso y excesivo, no dejando espacio a la libertad
personal.
•
Las normas tienen la forma de “edictos”. Aparece una acentuación exagerada de
la autoridad paterna y se inhibe en los hijos cualquier intento de ponerla en
cuestión.
•
Los padres recurren menos a las alabanzas y más a los castigos, incluidos los
físicos, que en otros estilos. Ni los castigos ni los mandatos son generalmente
razonados.
•
Los padres se caracterizan por una “no disposición a la respuesta”. De este
modo, los padres definen las necesidades de los hijos, pero sin la intervención
de éstos. La comunicación es unidireccional y cerrada.
•
La implicación en las necesidades de los hijos es intensa, pero se percibe por
parte de los hijos como intrusismo.
•
El estilo educativo “se centra en los padres” por la exclusión del punto de
vista de los niños.
-Baja
autoestima y autoconfianza,
-Baja
autonomía personal y creatividad,
-Baja
competencia social y popularidad social.
ESTILO
PERMISIVO-INDULGENTE:
•
Los padres no resaltan la autoridad paterna. No establecen normas precisas ni
en la distribución de tareas ni en los horarios dentro del hogar (hora de
llegar a casa, de las comidas, de acostarse, tiempo y programas de televisión
de se ven, etc.).
•
Los padres acceden fácilmente a los deseos de los hijos.
•
Son tolerantes en cuanto a la expresión de impulsos, incluidos los de ira y
agresividad oral; los padres van cediendo poco a poco ante la presión de los
hijos.
•
Usan menos castigos que los padres autoritativos y autoritarios.
•
El control laxo de los padres no excluye su implicación y compromiso como
tales. Les preocupa la formación de los hijos, a su vez, atienden y responden a
sus necesidades, pero son los hijos los que acaban dominando las situaciones.
–
falta de autodominio,
–
falta de autocontrol,
–
falta de logros escolares.
En
este estilo educativo paterno el riesgo de desviaciones graves de conducta
(drogas, alcoholismo) es mayor que en el estilo autoritativo y
autoritario.
•
Los padres se caracterizan por la no-implicación afectiva en los asuntos de los
hijos y en el desentendimiento educativo.
•
Normalmente los padres están absorbidos por otros compromisos y reducen la
responsabilidad paterna a sus mínimos. Dejan que los hijos hagan lo que
quieran, con tal de que no les compliquen la existencia. Si sus medios se lo
permiten tranquilizan su conciencia con mimos materiales (a veces es el padre
el que trata de conseguir el afecto a través de “compras” y regalos).
EFECTOS
SOCIALIZADORES DEL ESTILO PERMISIVO NEGLIGENTE:
Los
hijos de hogares permisivo-negligentes presentan los peores efectos
socializadores:
–
autoestima negativa,
–
graves carencias en autoconfianza y autorresponsabilidad,
–
bajos logros escolares,
–
escaso autodominio y sentido del esfuerzo personal, y
–
trastornos psicológicos y desviaciones graves de conducta (drogas,
alcoholismo).
PARTE 2: CÓMO DAR ÓRDENES
O INSTRUCCIONES
·
Las
instrucciones deben ser breves, claras y específicas, “ir al grano”
·
Dar las
órdenes de una en una y suficientemente espaciadas en el tiempo (no una cadena
de instrucciones o peticiones)
·
Debe ser un
número reducido de órdenes (¡hay padres que dan a su hijo una media de 117
instrucciones por hora!)
·
Utilizar
frases que especifiquen claramente la conducta deseada, con un lenguaje
comprensible para la edad del niño
·
Usar frases en
positivo, de “hacer”, no de prohibición
·
Utilizar
frases del tipo “Si-entonces” (“Si recoges tu habitación, entonces podrás salir
a jugar”)
·
Siempre que
sea posible darle opciones para que pueda elegir
·
Dar
suficientes oportunidades de obedecer (los niños no siempre obedecen, está
comprobado que una de cada tres veces desobedecen, ¡es algo natural!)
·
Alabar su
obediencia y establecer consecuencias por la desobediencia
·
Dar avisos y
recordatorios útiles
·
Los padres
deben estar de acuerdo entre ellos en las órdenes que den, apoyándose entre
ellos
·
Debe haber
equilibrio entre el control de los padres y el del niño
·
Hay que
fomentar la solución de problemas en el niño
·
No amenazar al
niño ni acompañar la orden de contacto físico instigador
·
No dar órdenes
innecesarias ni contradictorias unas con otras
Como ser firme con los niños que han aprendido el
hábito de no hacer caso:
§ Mirarle a los ojos
§ Hablarle con voz clara y firme
§ Poner cara de severidad mientras se habla
§ Tener a alguien cerca que respalde la orden si el
niño la ignora
§ Insistir en que atienda y obedezca las instrucciones
§ No hacer caso de provocaciones, comentarios
ofensivos ni protestas del niño
§ Ignorar las rabietas, gritos y chillidos, cuando sea
posible, siguiendo adelante con lo que se está haciendo
§ Si es realmente importante que el niño obedezca, se
le hace ver que se habla en serio: ponerse de pie y repetir la instrucción con
voz firme y alta (sin gritar); está bien aparentar estar realmente enfadado.
- Dar el refuerzo sólo
tras las conductas adecuadas
- Elogiar
inmediatamente tras la conducta deseada
- Dar un refuerzo
específico, concreto
- Proporcionar refuerzo
positivo, sin juicios ni sarcasmos
- Reforzar con
sonrisas, contacto visual y entusiasmo, así como con palabras
- Acariciar, abrazar y
besar junto con el refuerzo verbal
- “Pillar” al niño
siempre haciendo algo bien, no ahorrar los halagos por los comportamientos
perfectos
- Utilizar el refuerzo
de manera consistente cuando aparezca la conducta positiva que se quiere
fomentar
- Reforzarle delante de
otras personas
- Aumentar el refuerzo
con niños difíciles
- Enseñar al niño a
reforzarse a sí mismo por comportamientos adecuados
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